Redactor

Escribo como me gustaría hablar y me gusta hablar de cómo escribo. Son mis palabras mudas, las picadas a golpe de tecla, las que suenan con más fuerza. Quizá por la ausencia de mi voz en ellas. Quizá porque tienen voz propia. Quizá porque todo el mundo puede hacerlas suyas y gritarlas en voz baja. Quizá por nada de todo esto. Lo que sí sé es que escribir es como cocinar y que cuando el menú está fetén, por largo que sea, te lo tragas entero.

Lectores y comensales, siempre ávidos consumidores de buenas historias, hechas con distintos ingredientes.