Quién soy
A garabato limpio o a golpe de tecla, escribir ha sido siempre mi forma de pensar. El negro sobre blanco da equilibrio y sosiego a una mente en ebullición que salta de idea a pensamiento y de pensamiento a concepto. Quise ser redactor incluso antes de comprender en qué consistía la figura del copywriter, y como siempre había escrito, pensé que mientras averiguaba el porvenir de la profesión, mejor seguir hilando palabras y ver donde me llevaba mi próximo texto.
Despegué de Publicidad, licenciatura en mano, para aterrizar en Complot, escuela de creativos. Allí me especialicé en Redacción publicitaria y Creatividad integral. En esos tiempos pensábamos tan a lo grande que no había quien bajara tales conceptos. Me moví en los entornos creativos de alto copete e incluso me aficioné a las ponencias del club de mentes inquietas que asistían a las entrañas de la Fábrica Moritz. Pronto llegó la hora de pasar a la acción en un escenario con público de verdad: una agencia de publicidad.
Dicen que la primera vez no se olvida, y la mía fue J. Walter Thompson. La oficina de Barcelona no era la mayor de las oficinas que este gigantesco grupo de comunicaciones tiene por el mundo, pero si una buena universidad del pensamiento y la conceptualización. Aprendí a escribir con resultados y a vender con palabras.
Después vinieron otras buenas agencias. Jirada, nativa digital, fue mi máster en Social Media. De Redactor creativo a Creativo y en paralelo, de Community Manager a Social Media Manager. Pero aún quedaba un paso por dar. Había trabajado para marcas de alimentación de gran consumo como Nestlé o Cacaolat, pero mis vicios eran más concretos y siempre alrededor de una mesa. Siendo un foodie y amante del vino, quería trabajar con ese eje.
Xavier Olivé Comunicación Gastronómica, fue el inicio y luego llegué a Lamaga y a la BcnFoodieGuide, donde todos nuestros clientes se dedican al buen arte de la comida, el vino o los espirituosos. Así es como pasé de foodie a gastrónomo y de pagar por comer a comer para escribir.
En 2020 consolidé mis conocimientos con el certificado de WSET (Wine & Spirit Education Trust) Level 1 Award in Wine, reconocimiento internacional que concede esta reputada institución londinense. En 2021 he superado el Level 2.
Con los años, he perfeccionado mi pluma y mis gustos, he afilado mi mente y me he vuelto estratégico y efectivo. Pensar y escribir logrando objetivos.
¿Qué objetivos? ¡Todos! Los del cliente, los de la agencia, los del público y en ocasiones, los míos.
Hasta aquí puedo leer.
¿Estamos conectados? Si no es así, hagamos que ocurra.